lunes, 26 de marzo de 2012

Paisaje invernal con patinadores y ave sin trampa


Domingo, 4 de marzo


Al detenerme en el puente del Lingote de Plata, entre los lagos Hou Hai y Qian Hai llama mi atención el grupo de patinadores que extienden sus habilidades sobre el lago Qian Hai. De repente, no sé si estoy en Pekín o en la Flandes helada de Brughel. La perspectiva con que Brughel pintó «Paisaje invernal con patinadores y trampas para aves» no debía de ser muy diferente a la que capta el ojo de mi cámara. Acerco el zoom, y la realidad se aproxima de tal forma que nada es lo que parece. ¿Patinan o simplemente caminan?





Fascinada por este juego de perspectivas que nos ofrece la técnica, sigo caminando por Houhai Bei Yan y me adentro en la vitalidad de China.  De repente una multitud en círculo llama  mi atención. Me aproximo al ruedo misterioso y veo con grata sorpresa que el protagonista es un pájaro del tamaño de un jilguero, de movimiento ágil y gracioso.  Erguido como un rey, nos mira a todos sobre un pedestal de madera. Alguien del público lanza una moneda y él, con toda la calma, baja de su jaula, camina hacia el yuan, lo recoge con su pico, regresa a la jaula, guarda en ella la moneda, y vuelve a erguirse agradeciendo el aplauso del público. Mientras, un hombre con tupé a lo Elvis Presley nos da las gracias por las proezas de su pájaro. Motivos para sentirse orgulloso no le faltan y especialmente, si compara su “ardua labor” con la del pobre taxista que le contempla mientras espera que algún turista, esperemos que no muy pesado, se suba en su bicitaxi. 












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